Tiempo de celebrar: Una paz como ninguna otra.

Por: Vivi Flores 

Me encantan las celebraciones, de hecho, acabamos de tener una en Mujer Magazine, nuestra Primera Gala, por lo cual, me sentí super contenta de compartir y conmemorar juntas los logros de este ¡gran año! 

Hablando de celebraciones, estamos entrando en la época del año más esperada por muchas personas, la época de la Navidad y como tal empezamos a planificar el tiempo en familia, las tradiciones que nos unen y los detalles que la hacen especial en cada hogar. 

Ya para principios del mes de octubre comienzo a pensar en cómo estaré disfrutando con mi familia e invitados en la mesa de mi comedor con esa gran cena navideña donde no puede faltar una deliciosa carne con los correspondientes platos de acompañamiento que la adornan y a la vez deleitan el paladar. Una buena conversación, una tradición familiar, unas ricas bebidas y por supuesto en la sala, el arbolito con los regalos al pie, que con tanto gusto hemos planificado en obtener para cada miembro de la familia, de acuerdo con sus gustos con el fin de hacerlos sentir especiales e importantes en tan hermosa fecha. 

Sabemos que, con las planificaciones de estas fiestas, nuestras agendas pueden tornarse un tanto caóticas, haciendo que muchas veces nos estresemos porque deseamos que todo quede “perfecto”, tal y como lo habíamos programado. 

Pero nada tendría sentido sin reconocer la verdadera razón de los regalos, la mesa puesta, las tarjetas enviadas, los viajes hechos, y todos los preparativos. De hecho, el número anterior les compartí acerca de la paz que me rodeó al aprender cómo Dios me enseñó de la verdadera gratitud al experimentar de Su paz. Jesús el gran Autor de mi historia es la razón de la Navidad. El Libro del Profeta Isaías 9:6 dice “Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” 

Jesús es el Príncipe de Paz al cual celebramos cada 25 de diciembre. Pero ¿qué clase de paz es esa? Es la clase de paz que hace que tu alma esté sin culpa, al recibir su regalo de perdón para todo aquél que cree. Esa paz al sabernos perdonados se derrama en el interior del ser para llevarnos a caminar y celebrar con expectativa cada año. ¡Es ahí donde cobran sentido los regalos porque éstos se nos dan de gratis, así como el amor y el perdón de Dios es dado a un corazón dispuesto y abierto a tal demostración!

De hecho, el saber esto hace que quiera celebrar la navidad cada día en mi corazón. Cada día tengo la oportunidad de experimentar el regalo de Su paz. 

Y tú mi querida lectora ¿ya recibiste el regalo de Su paz? Si no lo habías visto así antes, te invito a que hoy le digas a Jesús: conviértete en mi Príncipe de Paz en esta Navidad, en medio del caos que a veces me embarga, aquieta mi alma, perdona mis pecados, sana mis heridas y lléname de tu alegría siempre, que tu regalo de amor reine en mi corazón para celebrarlo, no sólo en diciembre, sino cada día de mi vida. 

Te dejo con este regalo del profeta Isaías 53:5 “Pero él (Jesús en la cruz) fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.” 

¡Feliz Navidad mi querida Mujer virtuosa! 

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