Por: Vivi Flores
¿Alguna vez te has puesto a pensar en lo pasajera que es la vida? No es que cada día nos levantemos pensando en el día de nuestra muerte, ¿cierto? Pero si nos ponemos realmente a meditar en lo corta que es la vida sobre la tierra y en lo valiosos que son los días asignados a cada una de nosotras realmente reconsideraríamos muchas cosas.
Lo que me ha puesto a reflexionar tanto sobre esto, es que hace muy poco mi hijo menor fue diagnosticado con una enfermedad autoinmune y crónica afectando su intestino grueso y haciendo que no pueda comer lo “normal”. Pero nos damos cuenta que, eso que para nosotros era “normal”, resulta estar lleno de ingredientes que dañan tremendamente al cuerpo humano. Está situación ha puesto a todos en casa a “desaprender” y reaprender muchas cosas en cuanto al cuidado de nuestro cuerpo y de nuestra salud. Es como si tuviéramos que apretar el botón de “reset” con el fin de darle un nuevo comienzo al intestino de mi hijo para que pueda seguir viviendo y tener una vida larga y saludable.
De esta prueba me doy cuenta, que de nada sirve lo externo si lo interno no está funcionando bien. De nada sirven los afanes, las riquezas, los logros si por dentro nos vamos deteriorando, desgastando y quedando sin fuerzas.
Amada quisiera animarte a considerar no solo lo que comes en lo físico sino también en lo espiritual. Somos seres creados a la imagen y a la semejanza de Dios y como tales se nos ha dado un cuerpo, un alma y un espíritu como lo dice Pablo en 1 Tesalonicenses 5:23 “Y que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”
A Dios le interesa que TODO nuestro ser sea preservado irreprensible (o sin culpa), para cuando Jesús vuelva por los que le han creído como su Señor y Dios. Si está es Su voluntad, entonces como hija de Dios debo cuidar mi cuerpo a cabalidad, no solo una parte. Muchas veces solo prestamos atención a la apariencia física mientras que nuestra alma está sufriendo, por las aflicciones de la vida misma o por nuestro propio pecado. A Dios le importa mi interior. Es de adentro hacia afuera que siempre vamos a reflejar nuestra verdadera realidad. De lo que está adentro va a hablar mi boca – dice Jesús-. Si por dentro hay ira, resentimiento, estrés, falta de perdón, preocupación, temor, enojo, culpa etc, de eso va a hablar mi boca y mis acciones lo van a reflejar.
Entonces amada, te animo para que hagas un detox de tu alma y que permitas al Señor que te alumbre con Su luz admirable aquellas áreas que necesitan de tu atención para poder andar en luz, así como Él está en la luz. Te invito a que hoy le digas al Señor, soy tuya, límpiame, perdóname, sáname, hazme otra vez, estoy lista para un “reset”!
Te dejo con está promesa de Proverbios 31:30 “Engañosa es la gracia y vana la belleza, Pero la mujer que teme al Señor, ésa será alabada.”
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