De Caracas Venezuela, llegó a Estados Unidos en el 2001 de vacaciones por 45 días, pero me enamoré de este país y decidí quedarme por más tiempo, para lo cual pido distintos permisos en mi trabajo en Venezuela y como me los negaron decido renunciar y quedarme.
En el 2002 me caso y aunque mi relación no funcionó, de ella nace una de mis más grandes bendiciones: mi hijo Michael.
Siendo técnico aeronáutico de profesión, sin poder ejercer en este país, me tocó realizar diferentes labores a lo largo de estos años, trabajos que ni imaginaba hacer, (me tocó aprender a manejar camiones, montacargas, levantar entre 100 y 200 maletas diarias entre otras cosas).
En el 2007 me reencuentro con un amigo de la infancia por redes sociales, luego de varias conversaciones comenzamos una vida juntos, de esta relación nace mi hija Michelle.
Comenzar de cero y en otro país no es fácil ni cómodo. En agosto del 2019 me dí cuenta de que había estado trabajando para los sueños de otros, siempre emprender un negocio sale de una necesidad, ya no quería sentirme mal por pedir permisos para llevar a mis hijos al médico o perderme eventos en la escuela.
El sacrificio y el cansancio se siente diferente cuando emprendes, cuesta que crean en ti, cuesta hacerte de una marca donde las competencias son mucho más grandes que tu… Aun así, nace Mimo Delivery ATL, creada para apoyar e impulsar otras pequeñas empresas, marcas y eventos, además de brindar un servicio al cliente de excelencia, transporte, servicio de intérprete, entrega de comida y compras.
Sueño con ver a mi familia reunida, con tener salud y vida para apoyar a mis hijos, verlos ser exitosos en lo que escojan para su vida, trabajo duro para llevar mi pequeña compañía a ser una gran empresa.
Dormidos o despiertos siempre sueñen bonito y en grande.
Mimo
