Por: Giovanna Petrizzo Guevara
“Testimonio basado en la experiencia de una niña con diabetes, no debe considerarse como un diagnóstico o recomendación médica. En caso de duda, consulte con su médico de cabecera”.
Muchos piensan que la diabetes comienza por tener mala alimentación y comer mucho dulce, pues parte de eso es verdad y la otra no. La diabetes es una enfermedad de larga duración, que afecta la forma en que el cuerpo convierte los alimentos en energía. El páncreas produce algo que se llama insulina, en la diabetes esta producción es insuficiente y en algunos casos no existe, la insulina actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como una energía. La diabetes puede causar problemas de salud graves, como enfermedades en el corazón, riñones, pérdida de la visión, entre otros.
Hay 2 tipos de diabetes, déjame explicarte la diferencia de estas:
DIABETES TIPO 1
- Es más frecuente en los niños y adolescentes y algunos casos en adultos.
- El páncreas no produce insulina
- No se puede prevenir.
- Esta se controla con la insulina, por eso se llama insulinodependiente.
- Aunque la ciencia dice que no se hereda la enfermedad, sino la probabilidad de presentarla, en mi caso mis abuelos maternos son diabéticos, por allí de seguro hubo algún gen con diabetes que me afectó.
DIABETES TIPO 2
- Es más frecuente en personas mayores.
- El organismo se hace resistente a la insulina
- Afecta el hecho de no hacer ejercicio y no alimentarse de la mejor forma posible.
- Esta se controla con pastillas.
- Igualmente se hereda el riesgo de presentarla.
¿Te sonó complejo lo que traté de explicar? Imagínate a mí, que cuando tenía sólo 10 años trataba de entender todo esto. Nunca imaginé tener una enfermedad así, siempre pensé que podía ser una niña libre y que podía tener la misma atención de los demás, pero el resultado es completamente diferente.
Me dijeron que los síntomas de un niño diabético no es solo el deseo de comer dulce, también son: Orinar demasiado, tener más sed de lo habitual, tener mucha hambre, bajar de peso sin intención, sentirse irritable o tener cambios en el estado de ánimo, sentirse cansado o débil y tener visión borrosa.
Ahora para ser honestos, tener diabetes no es tan divertido como digamos. Tienes que medir tu glucosa e inyectarte la insulina muchas veces al día. Hay algunas veces que no podrás hacer cualquier tipo de deporte, y sin quererlo tendrás privilegios en la escuela que a veces tus compañeros no entienden, es difícil que algunas personas quieran burlarse de esta condición, que dejen de ser tus amigos solo porque creen que eres diferente, y no, no soy diferente, soy igual a cada persona en este mundo, que ríe, llora y además tengo un pasatiempo favorito que es cantar.
Y aunque todo suene color gris, después de la lluvia siempre hay un arcoíris. Me di cuenta que hay muchas personas iguales a mí, que incluso desde niños han vivido con esto mucho más tiempo que yo y mantienen una vida saludable y avanzada, sin que nadie les quite la sonrisa y la alegría en su vida, por fin conocí a personas a las que no me incomoda decirles mi diagnóstico. Aprendí qué hay millones de personas en el mundo igual que yo, que han pasado por cosas peores y que en realidad yo soy bendecida. Entendí qué hay formas de hacer juegos y actividades divertidas, incluyendo mi diabetes.
Estoy muy contenta porque nuevamente asistiré con mi familia a un campamento para diabéticos que nos permite interactuar con otras personas que pasan la misma situación que nosotros.
Esta es mi historia, ya tengo casi 3 años desde que me diagnosticaron y aun siento que me faltan muchas cosas por aprender, solo espero que esta información les pueda servir para mantener una buena alimentación y evitar tener diabetes tipo 2 y para las personas que sean diagnosticadas con el tipo 1 sólo deben tener paciencia y aprender a vivir con ella.
