Por: Marle Fabiola Gonzalez
Esta joven venezolana llega a Estados Unidos en octubre del 2015 junto con su hija para reencontrarse con su esposo quien ya estaba aquí desde unos meses antes. Durante los primeros dos años, se dedicó por completo al hogar y su familia ya que su niña era muy pequeña y no podían pagar un daycare.
Luego que su hija comienza a ir a la escuela todo cambia, y con el apoyo de su familia puede trabajar y dedicar más tiempo a cuidar de ella misma, de su nuevo bebé y empezar a hacer realidad lo que descubrió que era su pasión: la decoración y las manualidades.
El año 2020 se convierte en un año inolvidable para esta familia, como para todas en el mundo, no sólo por la llegada de una pandemia sino porque además Llevo, como le dicen por cariño, es diagnosticada con cáncer de mama.
Todo comienza cuando se siente un pequeño bulto en su seno derecho Lo que hace que pida inmediatamente una consulta con su ginecólogo, obteniendo en dos oportunidades un diagnóstico errado, Yebo sabía que algo estaba mal, y ese pequeño bulto que iba creciendo más y más no coincidía con la descripción de los diagnósticos recibidos anteriormente.
«La Noticia me cayó como un balde de agua fría, estaba en el mejor momento de mi vida, muy saludable, comiendo bien, haciendo ejercicios todos los días, no fumo ni bebo, en mi familia no hay antecedentes de cáncer de mama así que todo esto era algo que no podía creer ni entender»
Preocupada por su situación y no conforme con los resultados, Yebo insiste en conseguir respuestas, Io que la hace ver a un especialista de senos quien le diagnostica finalmente que tiene cáncer invasivo mamario etapa tres.
Alli comienza su camino por esta enfermedad que anualmente se lleva miles de vidas, pero que no pudo con la disposición, fortaleza y la fé de esta guerrera.
Gracias a su buen estado de salud siempre estuvo apta para hacer todas las sesiones de radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia lo que le permitió no perder un tiempo valioso para enfrentar esta condición.
Pasa por una mastectomía doble más una reconstrucción, junto con todas aquellas otras consecuencias de un tratamiento tan fuerte, caída del cabello, sensibilidad en los oídos, debilidad, sentía que estaba en otro cuerpo que no era el de ella.
«Lo más importante es aceptar la enfermedad, aceptar el cáncer, es la única manera que puedes entenderlo y enfrentar el tratamiento con todo lo que viene, cuando te dicen cáncer uno piensa inmediatamente en la muerte, no estaba lista para irme, mis hijos están pequeños y quiero verlos crecer, aceptar la enfermedad con todo Io que ella trae te ayuda a atravesar este proceso con más disposición y menos depresión»
Su esposo y su familia fueron, y son ahora, una pieza clave en su evolución y resultado, dice que sin su apoyo y cuidados no hubiese sido posible, la ayudaban a alimentarse bien, cuidaban de sus hijos, se encargaban de la casa, lo que le permitió tener el tiempo necesario para recuperarse luego de cada tratamiento y tener las fuerzas para el que venía.
«El apoyo de mi esposo, mi mamá, mi tía, mi familia y mi gran fé fue lo que me ayudó a seguir adelante».
Finalizar el tratamiento le tomó 19 meses, gracias a Dios, a pesar de que el cáncer ya estaba en etapa tres, no hizo metástasis en ninguna otra parte del cuerpo así que sus tasas de sobrevivencia eran altas.
«Tomé la decisión de no hacer todo esto público, sólo una pequeña parte de mi familia y amigos lo sabían, quería centrarme en mí, en mi cuidado y recuperación, estábamos pasando por mucho, es muy doloroso y además a veces la gente puede ser muy imprudente y cruel, así que preferí hacerlo así»
Hace poco días atrás, el 4 de octubre, finalmente toca la campana que señala que terminó el tratamiento y está libre de cáncer. Lo que le animó a aceptar la propuesta de ser nuestra modelo de portada y a contar su historia, para que ésta sirva de inspiración y enseñanza para otras miles de mujeres como tú y como yo.
Si reciben un diagnóstico como éste apóyense en su familia, si no la tiene cerca aprovechen todos los recursos que este país te da, aquí en el hospital te ofrecen servicios de psicólogos, hay grupos de apoyo, iglesias, que te ayudan económica y emocionalmente, no estás sola, el tratamiento te hace sentir débil, mal, triste, muchas cosas te afectan, pero no permitas que la enfermedad te gane
Invito a todas a que conozcan su cuerpo, mírense al espejo y si notan algún cambio vayan al médico, si no están conforme con la respuesta, como fue mi caso, sigan buscando, que insistan, ya que si la enfermedad es diagnosticada a tiempo puedes tener este resultado.
Aquí estoy, sintiéndome super bien, poco a poco volviendo a la normalidad, ya dentro de poco podré volver a trabajar y a compartir con mis hijos como lo hacía antes.