Por: Vivi Flores
En el número anterior, hablando del Tiempo de Calidad con nuestros hijos, les compartí que en nuestro plan también debemos incluir tiempo para nosotras, tiempo que nos permitirá reconectarnos con nuestra esencia y con nuestros sueños.
Una mujer virtuosa está llena de cualidades y habilidades que la caracterizan porque ella ha invertido tiempo en desarrollar los talentos que Dios le ha dado. Los talentos son las diferentes capacidades innatas que tienen como fin bendecir e inspirar a otros, y a la vez, llenarnos de sentido, de propósito mientras los ponemos en práctica. El talento se identifica porque es algo que te apasiona hacer y te viene natural, además la gente lo reconoce y lo disfruta cuando lo estás ejecutando.
En un mundo donde como mujeres nos encontramos peleando contra el tiempo, muchas veces es difícil y retador hallar el momento adecuado para invertir en lo que verdaderamente vale. Pero como mujeres de empuje y de visión, con la ayuda de Dios, lograremos poner por obra lo que nos propongamos utilizando nuestros talentos.
Recuerdo una frase que Dios me puso en el corazón cuando me hallaba estancada en el letargo de las excusas y la pereza, las cuales había permitido escalar en mi mente y en mi corazón, engañándome, para no cumplir mi propósito en cuanto mi talento en la escritura, la música y otros proyectos rezagados. El Señor me dijo con su suave y dulce voz, Vivi, ¿qué esperas para continuar? No sé Señor, le respondí, ¡no sé cómo! a lo que Él respondió: “Vivi, Hagámoslo realidad”! Desde ese entonces estoy siendo intencional en recordarme: ¡Hagámoslo realidad Vivi! cuando quiero rendirme.
He aquí algunas ideas de cómo podemos ser efectivas en desarrollar estos regalos de lo alto:
1. Trabaja diligentemente: Una vez hayamos identificado nuestro talento y así como cuidamos la vida de los nuestros procurando capacitarlos, de esa misma forma debemos invertir en nuestras propias habilidades y despertarlas gradualmente al entrenarlas, después de todo son parte innata de nuestro ser.
Dios no se equivocó al dárnoslos, nos escogió a cada una y nos regaló algo especial. Evitar la pereza es clave en este punto, me encanta lo que aprendo del Libro de los Proverbios 13:4 cuando dice: “El perezoso todo ambiciona y nada consigue, pero el diligente ve cumplidos sus deseos”. Desechando toda pereza y también las excusas que se van a presentar a lo largo del proceso para estorbar el que llegues a la meta. Cuando quitamos estos estorbos del camino podremos decir que estamos en rumbo a ver el fruto de nuestro esfuerzo. Por años me quedé en solo “ambicionar” sin hacer mucho, pero cuando desperté del letargo y me puse en acción, poco a poco he ido logrando ver mis metas cumplirse en lo musical y en la escritura. ¡Aunque sea dando pasos de bebé, todo suma!
2. Rodéate de porristas: Sí, leíste bien, es bueno y clave rodearte de gente que no solo cree en ti, sino que ve más allá de lo que tú ves de ti misma y que te anima e impulsa a seguir hacia la meta, ellos son tus mejores aliados. Ellos con toda sinceridad te dirán cómo mejorar. Es triste ver cómo hay quienes en vez de levantarte tratarán de distraerte, desanimarte y aún de hacerte retroceder. No lo permitas, aprende a identificar a los distractores y asegúrate de hacer caso omiso a sus comentarios. Debes por eso contar con un sistema de soporte, ya sea de miembros de tu familia o amistades cercanas que te conocen bien y que constantemente procurarán ayudarte. Permíteles aún que te llamen a cuentas para que sigas avanzando.
3. Celebra tus resultados: No hay peor cosa que los remordimientos por haber perdido tiempo de la vida en lo que no añade. Pero cuando has despertado y trabajado diligentemente, aprovechando bien el tiempo en lo que te fue encomendado, es allí donde viene el deleite y la fiesta en nuestra alma. Nadie, ni tu misma, tendrán nada negativo que decir. El ver el fruto del esfuerzo en nuestra vida para disfrute y edificación de otros es digno de celebrar, hay que hacer fiesta en el corazón cuando vencimos los obstáculos. Hacerlo será como el fuego en la mecha de la lámpara de aceite que bien alimentada, nunca se apagará. ¡El celebrar te animará a seguir adelante!
Y tú mi querida mujer virtuosa has identificado ya ¿Cuál es tu talento?, si ya lo has hecho qué pasos has dado para impactar y bendecir a otros con el mismo? Mi oración para ti es que logres apagar todas las voces que te han distraído de desarrollar tus talentos. Mi oración para ti también es que solo escuches una voz, la voz de tu Creador diciéndote: ¡Hagámoslo realidad!