Por: Dr. Hermes García Sánchez.
La enfermedad coronaria sigue siendo, por estadística del CDC (Centers for Disease Control), la causa de muerte número uno en este país. La mujer no escapa de esta estadística; y es alarmante que la enfermedad coronaria en la mujer tiene diferencias sustanciales comparado con el hombre. Mujeres entre 45 y 64 años presentan un porcentaje de causa de muerte por enfermedad coronaria de un 22%; y, después de los 65 años, es de una en cada tres mujeres (reportado en el National Center for Health Statistics).
Una causa importante en la incidencia de la enfermedad coronaria es que existe poca información en la población, por ejemplo, la diferencia en los síntomas de la enfermedad en ambos sexos. La presentación inicial en mujeres rara vez muestra síntomas tales como: dolor de pecho, dificultad para respirar, sudoración profusa, mareo, o desmayo; concretamente es detectada como un resultado anormal de una prueba de esfuerzo, electrocardiograma, o un ecocardiograma y puede presentar síntomas como náuseas, vómito, Molestias en la espalda, Dolor mandibular y Respiración entrecortada sin dolor en el pecho.
En cuanto a factores de riesgo de La enfermedad coronaria, prevalecen la diabetes mellitus, hipertensión o tensión alta, abuso de tabaco, enfermedad renal crónica, obesidad, colesterol alto, y factores hereditarios.
Una vez en conocimiento de estas estadísticas, el cuestionamiento vital radica en cómo prevenir la enfermedad coronaria en la mujer. El primer paso es identificar pacientes femeninas con factores de riesgo como diabetes, enfermedad renal, obesidad, hipertensión, uso de tabaco, o bien pacientes con historia de familiares directos con muerte por infarto al miocardio a temprana edad; generalmente menores de 50 años. Al estar presente estos factores de riesgo, un segundo paso sería controlarlos, a través de un monitoreo constante de los niveles de glucosa, del colesterol, de los índices de masa corporal, de la presión arterial y de la hemoglobina, también es primordial eliminar el mal hábito de fumar.
Y por último, indagar a través de la comunicación con el médico primario, si existen indicios previos en estudios realizados que permitan una exploración más exhaustiva a fin de hacer un diagnóstico acertado que amerite la intención de especialistas. Un electrocardiograma anormal, requiere posteriormente de una prueba de esfuerzo y un ecocardiograma que determinen una consulta con cardiólogo para un posible cateterismo cardiaco. De detectarse una enfermedad cardiaca deben seguirse controlando los factores de riesgo conjuntamente con la medicación adecuada para controlar la enfermedad cardiovascular.
Así que no pases por alto estos síntomas, si te preocupa tu salud consulta con tu médico de cabecera.