Carta a mi papá

Por: Ledif Torres

«Hola, papi.
Hace mucho tiempo que hablamos, por eso decidí escribir esta carta para contarle lo que estoy pasando y para que vea cómo han ido germinando las semillas que usted dejó en mi vida.
Hoy soy madre de dos niñas pequeñas, una de 6 y la otra de 4 años, estoy casada con un hombre maravilloso que es un artista de la fotografía. Ya no vivo en Maracaibo sino en Atlanta  y ya no trabajo como ingeniera sino como maestra y acompañante de mujeres que acaban de dar a luz, es decir, me dedico a educar mujeres que están en posparto.
¿Quién nos hubiera dicho hace 20 años que éste iba a ser el desenlace después de tantos planes que hacíamos juntos? ¿Quién nos iba a decir que mi mamá, mis hermanos y yo estaríamos separados, viviendo cada uno en un lugar diferente del planeta debido a la situación de Venezuela? ¡Já!, ninguno de nosotros lo hubiera creído, pero así estamos.

Ha sido un camino rudo, agresivo y doloroso pero, ¿sabe qué? siempre salimos adelante y en gran parte ha sido por ejemplo de fuerza y valentía que usted nos dio. Porque después de 12 operaciones, incluidos dos trasplantes de riñón, más todas las horas que pasó en la sala de un hospital, más las diálisis, la silla de ruedas, la caída del cabello y los dientes, la descalcificación de los huesos y el cambio de color de piel, usted nunca dejó de sonreír por y para nosotras. Recuerdo sus ojitos tristes que se iluminaban cuando sonreía. Con ese gesto me dejó saber con mucha claridad que a pesar del cansancio físico y el agotamiento emocional y espiritual, era capaz de sonreír para darme esperanza y recordarme que todo es temporal. 
Gracias, papi. Gracias, por cuidarnos, por defendernos, por apoyarnos, por enseñarnos a soñar en grande. Gracias por amarnos incondicionalmente.
Hoy soy una mujer fuerte, valiente y atrevida. Sin darme cuenta me dejé llevar y la vida me dio la oportunidad de convertirme en maestra y así honrar nuestro linaje familiar. He crecido, he madurado y estoy sembrando todos los días como usted me enseñó, pensando a largo plazo.

Hace tiempo que no hablamos porque hace 16 años nos dimos el último abrazo en persona y nos despedimos para siempre de este plano terrenal. Sin embargo, hoy más que nunca  su legado está vivo y presente en la vida de toda la familia.

Feliz día del padre, Fidel Torres y feliz día del padre a todos los padres que entregan su vida a sus hijos a pesar de las adversidades del día a día.»

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