Por: Alba Menoni de Dominguez / Coach de Salud, Especialista en Nutrición y Fitness
La salud mental es un aspecto esencial del bienestar que afecta a personas de todas las edades y orígenes. No es resultado de debilidades personales, sino un desafío que requiere atención. Promover el bienestar implica tomar decisiones informadas sobre la salud física y mental.
La alimentación es clave en esta relación. Investigaciones recientes muestran que el consumo de alimentos ultraprocesados (UPF) está vinculado a un mayor riesgo de depresión y ansiedad.
Estos productos, como refrescos, galletas y comidas congeladas, son altos en sal, azúcar y grasas saturadas, lo que puede afectar la función cerebral y aumentar el riesgo de demencia vascular.
Es crucial identificar y evitar estos alimentos. Entre los más perjudiciales se encuentran:
- Azúcar y edulcorantes artificiales: Relacionados con cambios de humor.
- Sal: Contribuye a la hipertensión.
- Grasas saturadas: Asociadas con trastornos del estado de ánimo.
- Bebidas carbonatadas: Contienen ácido fosfórico.
- Alimentos procesados: A menudo tienen glutamato monosódico.
Además de una buena alimentación, aspectos como la hidratación, dormir entre 7 y 8 horas, y el ejercicio son vitales. La actividad física libera endorfinas, mejorando también el estado de ánimo.
Como dice 1 Corintios 6:19-20: «Su cuerpo es templo del Espíritu Santo». Cuidar nuestra salud es una forma de honrar a Dios y mejorar nuestro bienestar integral.
¡Gracias por leerme! Escríbeme y cuéntame tu experiencia para compartirla con otras mujeres que como tu y yo buscamos ser cada día mas hermosas integralmente, de adentro hacia afuera.
¡Para toda la vida! Hasta la próxima
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