Un Corazón saciado

Por: Vivi Flores

Recuerdo que recién casada mi esposo me regaló un celular. Mi teléfono era precioso, hasta tenía una antena retráctil muy fina y delicada que permitía que lo pudiera guardar en mi bolso, sólo me servía para hacer y recibir llamadas, jugar con los tonos de llamada y ver la fecha y la hora. Tenía una luz tenue que se encendía cuando ingresaba la llamada. Con el paso de los años y los adelantos en la tecnología, estos aparatos se fueron haciendo cada vez más sofisticados, logrando que no solo fueran más pequeños, sino que también les permitieran a los usuarios tener “todo” literalmente en la palma de sus manos.

A pesar de lo conveniente de esto, el problema es que los avances en la tecnología han ocasionado que los celulares se vuelvan “obsoletos” en el menor tiempo posible, ocasionando que los clientes deban depender o aún desear constantemente lo más actualizado.  Esto provoca que la gente no solo esté expectante de lo “nuevo que pronto saldrá”, sino que la concientiza para que nunca esté satisfecha por más tiempo con lo que tiene. 

Esto no es de sorprender porque Dios mismo nos lo ilustra una y otra vez en su Palabra por medio de la vida de personajes que han vivido, para darnos ejemplo de lo que se debe y lo que no se debe adoptar a fin de vivir vidas con propósito.

 

Un ejemplo de esto es la vida del rey Salomón. Todos sabemos que Dios le dotó de una gran sabiduría al agradarle su oración. Salomón no pidió nada para sí, sino el tener sabiduría para dirigir una gran nación. Sin embargo, su trayectoria no tuvo un final feliz. Salomón en su reinado, a pesar de que por la sabiduría otorgada por Dios llegó a ser un as en diferentes campos como: las ciencias, las artes, la zoología, la administración, las relaciones públicas, la administración de justicia, etc. falló totalmente en las relaciones conyugales, pero más específicamente en obedecer todo el mandato de Dios. 

Salomón hizo lo que no debió haber hecho ningún rey de Israel, buscar la satisfacción no solo en muchas mujeres sino en las muchas riquezas. Dios, siglos antes de su reinado, había establecido los lineamientos para los monarcas, lo vemos en Deuteronomio 17:17 “Tampoco deberá tener muchas esposas, porque ellas podrían llevarlo a desobedecer a Dios. Por último, ese rey tampoco deberá acumular mucho oro y plata.”

Salomón hizo ambas cosas de una manera exorbitante. Dice la Escritura que Salomón las amó a todas ellas, sus afectos le desviaron de complacer a Dios a satisfacer los deseos y prácticas idólatras de aquellas mujeres a las que desposó, todas ellas le extraviaron el corazón tal y como Dios se lo había advertido. 

El otro problema fue la acumulación de demasiada riqueza, y créanme no tengo nada en contra de que Dios prospere a las personas en su caminar por esta vida. Pero sí me doy cuenta a la luz de este ejemplo, que Dios no se equivoca, y que realmente el desear y “acumular” tanta riqueza y tantas mujeres sí produce un corazón insatisfecho. De hecho, en Eclesiastés 5:10 encontramos lo siguiente: “Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!”

Mi querida mujer virtuosa, así como Salomón nosotras también somos propensas a “acumular” más, a dar rienda suelta a los deseos de nuestros corazones para al final darnos cuenta que lo material o incluso las relaciones no nos satisfacen por completo. Por eso es sumamente importante que mantengamos entrenando un corazón inclinado al amor verdadero, el amor a Dios por sobre todas las demás cosas. 

Nuestro corazón es eterno, así lo creó Dios, entonces a la luz de esta verdad nada en este mundo puede llenarlo, sólo un Dios que sí es eterno. Me encanta el consejo que encontramos en Mateo 6:33 donde Jesús nos recuerda que Dios sabe exactamente lo que de verdad necesitamos. “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”

¿Que llena tu corazón? O, mejor dicho, ¿de qué estás llenando tu corazón? Medita por un momento si lo más importante tiende a ser lo temporal o lo eterno.

Mi oración para ti mi querida Mujer Virtuosa, es que puedas reflexionar en la realidad de tu propio corazón y hallar en tu Creador esa llenura que tanto anhelas y que sólo Él puede saciar. 

Eclesiastés 3:11 (NTV) “Sin embargo, Dios lo hizo todo hermoso para el momento apropiado. Él sembró la eternidad en el corazón humano, pero aun así el ser humano no puede comprender todo el alcance de lo que Dios ha hecho desde el principio hasta el fin.”

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