Por: Vivi Flores
Cuando era niña recuerdo que en mi país Perú se vivió uno de los peores momentos de su historia por la tremenda recesión y la gran corrupción que se experimentó a causa de los malos manejos gubernamentales y del terrorismo que estaba en su apogeo en la década de los 80. Aquellos eran tiempos de escasez y de muchos retos para mi madre quien se las ingeniaba para sacar adelante a sus tres hijas. Recuerdo cómo ella cosía y tejía para ganar dinero y con eso ayudarse para pagar las cuentas de la casa. También recuerdo cómo mi hermana mayor más adelante por su trabajo me ayudó a pagar la pensión para mis estudios profesionales. Era como que una gran necesidad abrió la puerta para probar el amor de quienes me rodeaban y a la vez me enseñó importantes lecciones para madurar en tiempos de angustia.
En el tiempo presente, no podemos negar que nadie, NUNCA, pensó vivir una pandemia como la que el mundo enfrenta con el Coronavirus, de hecho, en lo personal jamás imaginé tener que escribir en mi sección favorita de Mujer Magazine un artículo en donde me haya tocado redefinir la inspiración. Nadie nunca espera que la vida le cambie de un día para otro, ni mucho menos que las rutinas y las agendas se trastornen al punto de tener que confinarnos en las cuatro paredes de nuestras casas.
Pero mi querida Mujer Virtuosa es justamente en estos tiempos de gran desasosiego, de tribulación, de desesperanza, de incertidumbre, de crisis en donde nuestras mentes, diseñadas sabiamente por Dios con el gran potencial de recrear y pensar hacen su ingreso triunfal en la alfombra roja de nuestra nueva normalidad.
Nos sorprenderemos con las grandes ideas que aflorarán en nosotras en medio del lodo del caos y del dolor, para sacar adelante a nuestros hijos, siendo sus maestras en la casa, como en los tiempos pasados, ahora se nos regala la oportunidad de revivirlos, para seguir siendo de ayuda idónea a nuestros maridos y aún para ser de soporte, ánimo y ejemplo en nuestras comunidades. Ahora es que vamos a comprobar y demostrar al mundo de qué material estamos hechas.
Alguien dijo muy acertadamente alguna vez: “Lo que no te mata te hace más fuerte”, y traducido en las sabias palabras del apóstol Pablo “… he aprendido a adaptarme a cualquier situación. Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto
de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco. Puedo enfrentar cualquier situación porque Cristo me da el poder para hacerlo.”
Así que mi preciosa mujer Virtuosa se nos ha dado la gran oportunidad de impactar a nuestras familias con nuestra actitud y con nuestra fe, Dios no nos desamparará ni nos dejará, Él nos guiará aún cuando no sepamos cómo responder. Nosotras somos el corazón de nuestros hogares y somos llamadas a influenciar no solo para los tiempos buenos sino en el verdadero reto: en los tiempos malos. Sigamos aprendiendo a recrear nuestro entorno y a florecer en medio del lodo, que con seguridad saldremos como oro refinado, como vino nuevo, ¡como lumbreras en la oscuridad!
Termino con una buena noticia en medio de tantas malas que escuchamos a diario, las buenas noticias son las que salen de la boca De Dios, en esta oportunidad en el Salmo 40:1-2 “Yo confié sinceramente en el SEÑOR, y él escuchó mi oración. El SEÑOR me sacó del pozo de la destrucción; me sacó del barro y del lodo. Me puso los pies en la roca, en tierra firme, donde puedo andar con seguridad.”