Por: Hermes García Sánchez
Ayuno Intermitente es un patrón de alimentación que alterna entre períodos de ayuno y comida. Es un régimen popular que las personas usan para perder peso, pero además tiene otras implicaciones en su salud.
El ayuno ha sido una práctica a lo largo de la evolución humana. Los antiguos cazadores-recolectores no tenían supermercados, refrigeradores o alimentos disponibles durante todo el año y a veces no podían encontrar algo para comer. Como resultado, los humanos evolucionaron para poder funcionar sin alimentos durante largos períodos de tiempo. De hecho, el ayuno de vez en cuando es más natural que comer 3-4 (o más) comidas por día.
Los estudios en animales y humanos han demostrado que existen muchos beneficios para la salud además de la pérdida de peso, también mejora la regulación de la glucosa, aumenta la resistencia al estrés y reduce la inflamación.
Los métodos comunes de ayuno intermitente implican ayunos diarios de 16 horas o ayuno de 24 horas, dos veces por semana.
Después de las comidas, la glucosa se usa para obtener energía y la grasa se almacena en el tejido adiposo como triglicéridos. Durante los períodos de ayuno, los triglicéridos se descomponen en ácidos grasos y glicerol, que se utilizan para obtener energía. A continuación, vemos el efecto del ayuno intermitente en diferentes condiciones médicas:
Obesidad y diabetes mellitus
Seis estudios a corto plazo con adultos con sobrepeso u obesidad han demostrado que el ayuno intermitente es tan efectivo para la pérdida de peso como las dietas estándar. Dos estudios recientes mostraron que la restricción calórica diaria o ayuno intermitente 4: 3 (ayuno de 24 horas tres veces por semana) revirtió la resistencia a la insulina en pacientes con prediabetes o diabetes tipo 2.
Enfermedad cardiovascular
El ayuno intermitente reduce los marcadores de inflamación sistémica y estrés oxidativo que están asociados con la aterosclerosis, durante un período de 2 años mejora muchos factores de riesgo cardiovascular y es efectivo para la pérdida de peso y la cardioprotección.
Cáncer
El ayuno intermitente proporciona efectos protectores contra la carcinogénesis en estudios con animales, pero ningún estudio ha determinado aún si el ayuno intermitente afecta la recurrencia del cáncer en humanos.
Trastornos neurodegenerativos
Existe una fuerte evidencia preclínica de que el ayuno en días alternos puede retrasar la aparición y la progresión de los procesos de la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
Asma, esclerosis múltiple y artritis
Los pacientes que se adhirieron al régimen de ayuno en días alternos tuvieron un nivel sérico elevado de cuerpos cetónicos en los días de restricción de energía y perdieron peso durante un período de 2 meses, durante el cual se mitigaron los síntomas de asma y la resistencia de las vías respiratorias.
Dos estudios piloto recientes mostraron que los pacientes con la esclerosis múltiple que se adhieren a regímenes de ayuno intermitente han reducido los síntomas en un período tan corto como 2 meses.
También se esperaría que el ayuno intermitente sea beneficioso en la artritis reumatoide, y de hecho, hay evidencia que respalda su uso en pacientes con artritis.
Antienvejecimiento: el ayuno intermitente puede prolongar la vida útil de las ratas. Los estudios mostraron que las ratas en ayunas vivieron entre 36 y 83% más.
Consideraciones prácticas
El Ayuno intermitente no es para todos, especialmente si tiene diabetes, problemas con la regulación del azúcar en la sangre, presión arterial baja, tomas medicamentos, tienen bajo peso o antecedentes de trastornos alimenticios, mujeres que están tratando de concebir, mujeres con antecedentes de amenorrea, embarazadas o amamantando.
A pesar de la evidencia de los beneficios para la salud del ayuno intermitente y su aplicabilidad a muchas enfermedades, existen impedimentos para la adopción generalizada de estos patrones de alimentación en la comunidad y por parte de los pacientes. Primero, una dieta de tres comidas con refrigerios todos los días está tan arraigada en nuestra cultura que los pacientes o los médicos rara vez contemplarán un cambio en este patrón de alimentación. Al cambiar a un régimen de ayuno intermitente, muchas personas experimentarán hambre, irritabilidad y una capacidad reducida para concentrarse durante los períodos de restricción de alimentos. Sin embargo, estos efectos secundarios iniciales generalmente desaparecen dentro de un mes, y los pacientes deben ser informados de este hecho.