Por: Carlos Carrasquero.
– Listo, ya aseguramos su casa, sus carros, su negocio…ahora falta que tenga un seguro de vida.
¿Seguro de vida? ¡Pero si yo no me voy a morir! al menos no todavía….
En más de 10 años en el sector de seguros personales en Georgia dedicado a nuestra comunidad hispana, éste es uno de los diálogos más frecuentes que he tenido. Como inmigrante latinoamericano, entiendo que tener un seguro de vida es poco común en nuestros países, por lo cual desconocemos de qué se trata, nos asusta pensar que algún día no estaremos, y entonces es mejor no hablar del tema. Resulta que trabajamos gran parte de la vida para llevarles a nuestras familias techo, comida, abrigo, pero ¿qué pasa si un día faltamos? ¿Quién se va encargar de tus hijos, del pago de la casa, de las deudas?
Para eso es que está el seguro de vida: le dará estabilidad financiera a tu familia en el caso de que fallezcas inesperadamente, y ayudará a superar tu ausencia con la tranquilidad de tener los gastos mensuales cubiertos en el futuro.
Los seguros de vida pueden ser de dos tipos: por un período determinado o permanente. El primero cubre a tu familia por cierta cantidad de años, por ejemplo, si compras un seguro de $300,000 por 25 años y falleces durante ese período, tus beneficiarios reciben los $300,000, libres de impuestos. Si no te ocurre nada, al pasar los 25 años, pues termina el seguro de vida. La idea es que el período de cobertura termine cuando ya tu hijo menor sea independiente, esté trabajando, terminando la universidad, etc. Este tipo de seguro de vida no es costoso y es sencillo de adquirir.
El otro tipo es el Permanente: la cobertura permanece activa hasta que falleces, ya sea en 10, 15, 40 años. Este producto tiene otros beneficios, tales como acumulación de efectivo (o ahorro), devolución de dinero en caso de querer terminarlo, etc. Por tener más beneficios, es más costoso, y el proceso de adquirirlo también es sencillo.
Algunas empresas ofrecen seguros de vida a sus empleados como parte de los beneficios laborales y, usualmente, son muy baratos. La única desventaja de este tipo de seguro de vida es que si se termina la relación laboral, también se termina el seguro de vida. Por esto siempre aconsejamos tener un seguro de vida por tu cuenta.
Entonces, reflexionemos: ¿es importante el seguro de vida? Pues, sí, es muy importante. La tranquilidad que adquirimos al tener uno, al saber que si el día menos esperado faltamos, nuestra familia quedará a buen resguardo, sin deudas, ni problemas económicos que a veces tanto nos agobian, no tiene precio.
Cuando la próxima vez hable con su agente de seguros, pregúntele por el seguro de vida, y a dormir tranquilos.